domingo, 20 de diciembre de 2009

No entran moscas.

Toda la vida hablé hasta por si acaso...

Era de akellas que en el colegio, los profesores cambiaban de puesto porque conversaba con cualkier ser que tuviera cerca.
De hecho, mi profesora de primero básico me tenía mala por eso. Y trataba por todos los medios de sentarme aislada. Pero siempre me las arreglaba.

Mas grande, tuve problemas por hablar mas de lo que me preguntaban.

Soy de las personas que conoce gente en la micro, en las filas de los baños, en el ascensor, en el banco, supermercados... o simplemente por la calle.

Pero ahora y no se por qué, he dejado de hablar.
Puede que me este volviendo un poco loca... o loca de a poco...

Cuando lo he pensado, he justificado el hecho de varias formas...
Hay veces que no vale la pena hablar. Hay veces que prefiero escuchar (me). Hay veces que las palabras sobran. Hay veces que no se que decir... y así.


Con el tiempo, me he dado cuenta que tengo mas cosas que decir, pero cada vez digo menos. Las frases me salen cortas y los comentarios planos.

Puede que me este volviendo loca de a poco... o un poco loca.
Quizas ni tan poco. Quizas tampoco.


Al menos por ahora, me kedé callada y esa es la cuestión.


Despues de todo... en boca cerrada...